Publicado en Cuento, Espiritualidad, Todo, Vida

Atascado…

Camión que avanza por la vida...

Existen cuentos sobre autos capaces de volar. He visto muchos correr sumamente rápido, como si volaran, así que siempre pienso en tales cuentos cuando mi camión se descompone en medio del camino. Salgo, cierro la puerta, ahogo la maldición que estaba a punto de gritar, cierro los ojos, y pienso en aquellos vehículos capaces de correr tan rápido como el viento.

Hasta ahora, he sido feliz con el camión que llevo. Cumplía con mis expectativas, pero recientemente parece que falla demasiado. Por ello, mis fantasías de velocidad. No hay mejor motivo para idear ilusiones que sentirse atascado en medio del camino.

Estaría feliz si tuviera una motocicleta, por ejemplo. Son rápidas y sencillas, sin duda. Debido a que no llevan mucho equipaje, quizá no tuviera que soportar la infinidad de veces que se me ha descompuesto el motor, aunque también es un problema no poder llevar más que unas cuantas cosas. Digo esto, aunque quizás también no sea más que una excusa: El motor de mi automóvil es también mi responsabilidad. Si se encuentra en éste estado, quizás es culpa mía.

Compruebo las conexiones del motor y no encuentro la falla. ¿Cómo no puedo comprender mi propio camión? ¿Qué hice la última vez que me vi en un aprieto como este?

Ya recuerdo. Voy a la parte de atrás, y abro la puerta que guarda mi equipaje. Guarda toda una vida de progresos y fracasos. Escojo uno. El que menos valor tenga, aunque me sigue doliendo el tener que abandonarlo. Lo saco a la carretera y lo dejo a un lado del camino. Es bastante pesado, así que la operación me cuesta unos quince minutos.

Giro la llave. El camión se sacude tres o cuatro veces y arranca. A paso de tortuga, mi camión cumple su papel, al menos por ahora. A veces me pregunto, ¿Debería abandonarlo todo, y conseguirme un vehículo que me lleve más rápido a mi destino?

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¿Vivo?

Irresponsabilidad:
Descuido, negligencia, necedad, irreflexión, imprudencia, informalidad, insensatez, insolvencia, incompetencia…
Falta en el cumplimiento de las obligaciones o en el cuidado al hacer o decidir algo.

Todos tenemos un poco de irresponsables. Quizá no puedan creerlo, pero incluso yo. Esto es porque somos humanos imperfectos. Imperfecto es la explicación.

Pero a veces, sucede que se nos nota un poco más de lo normal.

Ser responsable significa ser consecuente con nuestras acciones, cumplir con los deberes y ser capaz de asumir nuestros errores. Pero no se necesita ser un modelo de moralidad para ser llamado responsable. Como humanos imperfectos, todos tenemos defectos, debilidades.

Me he olvidado de cosas importantes para mi. Mi meta, mi gusto por la escritura, mi deseo de ayudar… ¿Eso me hace un irresponsable?

Si la responsabilidad es un poco subjetiva a causa de nuestra imperfección, ¿Cómo sé qué tan responsable soy?

¿Un pequeño grado de irresponsabilidad es aceptable? Depende en qué. No hacer la limpieza de la casa una semana, por pereza, es una irresponsabilidad que definitivamente apesta, y puede darnos problemas de salud.

Yo creo que la verdadera irresponsabilidad sería abandonar nuestras metas en la vida, o bien, vivir sin tener ninguna. Si no sabemos a dónde vamos, ¿Cómo llegaremos? O si sabemos pero de todos modos no estamos dando los pasos necesarios para alcanzar nuestro objetivo, ¿Qué nos motiva a seguir caminando?

Una vida sin propósito es la irresponsabilidad más grande que existe. Es como una computadora sin sistema operativo, es un tractor sin gasolina, es una persona sin esperanza. Si somos creados para vivir, ¿Porqué solo fingir que vivimos?

Al final, como está escrito,

Porque cada uno llevará su propia carga de responsabilidad

Gálatas 6:5

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Trabajo y vida

Hormiga inspiradora.

 «Vete donde la hormiga, oh perezoso; mira sus caminos y hazte sabio» (Pro. 6:6).

Toda la vida es trabajo.

Nuestro cerebro siempre está funcionando. Por ejemplo, en las noches, se ocupa en cosas tan triviales como catalogar, descartar y/o comprimir la infinidad de datos procedente de un día de vida en el universo. Y tanto trabajo, mientras nosotros «descansamos». Puedo decir, que trabajamos hasta mientras dormimos.

Abrir nuestros ojos, levantarnos y desayunar es trabajo también: Está implicando movimientos musculares, esfuerzo físico y mental. Pero a nosotros no nos parece. Estamos muy felices con las galletas y el café, que nos olvidamos que hemos gastado energía en ello.

Pero gastamos energía. Como un grifo abierto, que gasta agua como si nunca se acabara. Y siempre lo hacemos, sin importar la cantidad. Nos gastamos al observar, abrazar a un ser querido, escuchar música, recordar, leer poesía, caminar a casa, respirar, y cualquier otro verbo. Trabajamos al hacer cualquier cosa. Sigue leyendo «Trabajo y vida»

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¿Podemos alcanzar paz?

Paloma de paz...

«Paz entre los hombres de buena voluntad” (Lucas 2:14)

Cualquiera tienes la capacidad de ser un amigo. Desde un vagabundo, hasta el presidente, pasando por estudiantes, abogados, doctores, y toda persona sin importar ninguna etiqueta del mundo (género, raza, nacionalidad, y un largo etc.); todos ellos tienen en su corazón, en su ser interior, todas las herramientas necesarias para cultivar cualidades necesarias y ser amigos entre sí.

El problema entonces, no es que no se pueda, sino que algunos simplemente no quieren. Sigue leyendo «¿Podemos alcanzar paz?»

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El camino delante de nosotros…

EL camino a elegir, depende de la meta...

«No hay viento favorable para quien no sabe hacia donde navega»

No hay nada más reconfortante que saber que más allá de mis esfuerzos, tengo una meta que vale toda la pena… Alguien más grande que uno mismo, esperándome con los brazos abiertos para felicitarme por todo mi duro trabajo.

Pero no siempre es así. A veces debemos buscar, o reencontrar ese camino, o con nuestros esfuerzos sólo ganaremos cansancio y ansiedad.

La búsqueda no es sencilla. Sigue leyendo «El camino delante de nosotros…»